En los años 90, John Leonard protagonizó una de las historias legales más insólitas, al enfrentar a PEPSI por un jet de combate que supuestamente había ganado en una promoción. Esta es la increíble historia de cómo un comercial llevó a una batalla legal.
1. Un concurso que terminó en demanda

En 1995, PEPSI lanzó una promoción en la que los consumidores acumulaban puntos al comprar sus productos. Entre los premios había desde gorras hasta chaquetas, pero un comercial incluyó, como una broma, un Harrier Fighter Jet para quienes reunieran 7 millones de puntos.
Leonard se tomó el comercial en serio y exigió el jet que, según él, había ganado legítimamente.
2. El comercial que lo inició todo

La promoción de PEPSI buscaba competir con Coca-Cola, y el comercial mostraba al jet como una recompensa para los más fieles consumidores. Sin embargo, la compañía olvidó incluir el típico descargo legal que aclarara que el jet era una broma.
3. El plan maestro de Leonard

Leonard calculó que reunir los puntos por medio de botellas de PEPSI le costaría unos $4 millones de dólares. Sin embargo, encontró una opción más barata: los puntos podían comprarse a 10 centavos cada uno. Así, conseguir 7 millones de puntos le costaría $700,000 dólares, muy por debajo del valor real del jet: $23 millones.
4. El amigo millonario que apoyó la misión

Leonard convenció a su amigo Todd Hoffman para que financiara el plan. Con el cheque listo, enviaron el pago a PEPSI, esperando instrucciones para recibir su premio.
5. La respuesta de PEPSI: un chiste y cupones

En lugar de entregar el jet, PEPSI devolvió el cheque acompañado de una carta sarcástica y algunos cupones como compensación. Leonard, decidido a no darse por vencido, contraatacó.
6. La batalla legal: Leonard vs. PEPSI

Leonard demandó a PEPSI, pero la compañía se le adelantó y presentó una contrademanda en Nueva York, conocida por ser favorable a las corporaciones. Durante el juicio, PEPSI argumentó que el jet era una broma y que ningún consumidor razonable lo habría tomado en serio.
7. ¿Qué pasó al final?

La jueza Kimba Wood desestimó el caso, declarando que:
«Nadie en su sano juicio pensaría que PEPSI regalaría un jet de combate.»
Aunque Leonard perdió la batalla legal, su historia se convirtió en un ejemplo icónico de la relación entre publicidad y derecho.
¿Qué opinas? ¿Crees que Leonard tenía razón o que PEPSI solo fue víctima de un malentendido publicitario?
